UN RENACER PARA LA SEGURIDAD DE CALI
Construir un renacer para la seguridad de Cali implica trabajar en varios frentes, recuperando el respeto a la autoridad y la confianza en la institucionalidad. Ningún delito puede quedar impune, porque vivir tranquilos es un derecho que los caleños vamos a recuperar.
La inseguridad es el principal dolor de cabeza de los caleños. Así lo he podido confirmar cuando camino los diferentes barrios de la ciudad. El miedo a sufrir atracos en cualquier esquina, a morir en un intento de robo o a ser testigo de uno hace que la intranquilidad se apodere de nosotros.
Solo en el último mes, tres miembros de mi equipo fueron víctima de hurtos, lo que confirma que nadie en Cali es ajeno a esta preocupante realidad. Si a eso sumamos que los homicidios son noticia todos los días, se entienden que expresiones como «qué susto salir en Cali», «mejor me quedo en casa» sean ya el pan de cada día en los barrios que visitamos.
Pese a la histórica reducción de 2022, donde se presentaron 980 homicidios (la menor cantidad en 30 años), Cali sigue siendo la ciudad con la tasa más alta de muertes violentas por cada 100 mil habitantes (43), índice que la ubica en el deshonroso puesto 32 entre las ciudades más violentas del mundo.
Si a esta penosa situación, que implica un promedio de tres asesinatos diarios, se suman los más de 24.000 robos denunciados el año pasado, se hace totalmente entendible el miedo que predomina en los caleños.
Lo anterior, aclarando que los hurtos pueden tener un subregistro de hasta el 70%, según el DANE. Así, en la capital del Valle del Cauca existe una tasa de hurtos de 1053 por casa 100 mil habitantes, con denuncias en promedio de 66 hurtos diarios.
¿Cómo transformar esta difícil realidad?
La violencia y la inseguridad en Cali requieren abordarse tanto con planes de choque como con intervenciones a mediano y largo plazo. Es por eso que debe trabajarse a partir de 3 componentes: Prevención, Fuerza pública y orden judicial.
Respecto a la prevención, es importante realizar inversión social desde la primera infancia, infancia y adolescencia, pues cada vez son más los menores de edad involucrados en hechos delictivos. Es necesario eliminar factores de riesgo mediante mejores oportunidades primordialmente en educación, construcción de redes de apoyo familiares y comunitarias para que el panorama delictivo no sea tan atractivo para nuestros jóvenes.
En el segundo caso, conociéndose la reducción de los efectivos de la Policía en un 14% en los últimos diez años (la MECAL pasó de 8087 efectivos a 6866), es necesario fortalecer el recurso humano en los territorios, optimizando además el uso de herramientas tecnológicas y de inteligencia, así como realizar acciones diferenciales y focalizadas. Es importante afianzar la alianza informativa con las comunidades. Que los habitantes de los barrios puedan dar aviso de la comisión de delitos a las autoridades para su oportuna intervención.
Por último, el orden judicial es primordial, pues de nada sirve que los autores de los delitos sean identificados o capturados, si van a quedar libres para seguir en actividades criminales. Por eso debe trabajarse en el trabajo articulado entre Alcaldía, Policía, Fiscalía y CTI, para que los responsables de delitos sean debidamente judicializados.
Construir un renacer para la seguridad de Cali implica trabajar en varios frentes, recuperando el respeto a la autoridad y la confianza en la institucionalidad. Ningún delito puede quedar impune, porque vivir tranquilos es un derecho que los caleños vamos a recuperar